Con Aida en la VAL D’ASTAU

Lo prometido es deuda…

Hacía ya mucho tiempo, tal vez demasiado, que le prometí a Aida, mi sobrina, que algún día la llevaría de excursión a visitar alguna de esas montañas de las que a veces le hablo y que acostumbro a enseñarle a través de fotos. Por una u otra razón nunca se dió la ocasión, y el tiempo iba pasando, con el agravante de que cada vez lo hace más rápidamente. Por ello decidí que no podía pasar de este verano.

Aida es una persona vivaracha, decidida y atlética, vive en el campo y ama a los animales y la naturaleza. Es la candidata perfecta para ser una gran montañera, y aunque eso no es garantía de nada porque sin duda debe ser ella quien decida por donde conducir su vida, ¡por descontado que por su tío la oportunidad no iba a faltar!

Fijamos pues una fecha, y me dispuse a seleccionar un objetivo. Necesitaba una zona espectacular, dos refugios guardados para que la salida se prolongara tres días, que hubiera picos de cierta categoría en las cercanías por si nos animábamos a subir alguno, y desde luego ausencia de dificultades técnicas. Todo ello con la sana y malévola intención de inocular a Aida el germen de la montaña y generarle así el inevitable deseo de repetir.

Dichos requisitos nos llevaron a la Val d’Astau, en el Luchonnais. Los refugios de Espingo y del Portillon eran ideales, el valle nos ofreció bosques, senderos, agua en forma de lagos y ríos, y desde luego, montañas. Todo enmarcado en un grandioso e inmejorable ambiente del Pirineo Central. Y encima la meteo nos brindó tres días de catálogo. Lo tuvimos todo, o casi… porque nos hubiera gustado mucho que nos acompañara Marián, mi pareja -su tía-, pero una lesión la ha tenido apartada un tiempecito de la actividad y esta vez tubo que quedarse en casa. Seguro que la próxima cita no te la perderás, Marián!

Esta vez no os dejo datos de desniveles, dificultades u horarios, porque la verdad, no hay cifras que puedan describir el placer de haber visto los ojos de Aida descubriendo paso a paso este pequeño rincón del Pirineo.

Salud!